Tegucigalpa.- En el marco de la Semana Internacional del Detenido Desaparecido, La Voz del periódico Poder Popular se trasladó hasta el Museo Contra el Olvido, para realizar un recorrido por este espacio que guarda la memoria de uno de los capítulos más dolorosos de la historia reciente de Honduras.
La actividad marcó el inicio de una semana de reflexión y exigencia de justicia, con un recorrido por este lugar simbólico que fue conocido como «la casa del terror», debido a los crímenes de lesa humanidad que allí se cometieron durante la implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional.
Durante el recorrido, transmitido a través de diversas plataformas digitales, la coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Berta Oliva, guio a los asistentes y a la audiencia virtual paso a paso por los acontecimientos históricos ocurridos en ese espacio.
“No estamos contando historietas, estamos contando hechos reales”, afirmó Oliva, subrayando la importancia de preservar la memoria y de continuar denunciando las violaciones a los derechos humanos cometidas.
El COFADEH registra 184 casos de detenidos desaparecidos, muchos de los cuales podrían haber estado recluidos en ese centro clandestino de detención. “Fueron muchas las personas que sufrieron allí”, recordó Oliva.
La Coordinadora de cofadeh agradeció a La Voz del periódico Poder Popular por tomarse el tiempo y, en una fecha tan significativa, contribuir a que estas historias lleguen a más personas: “Gracias por permitir que estos hechos sean contados y conocidos por quienes buscan la verdad y justicia”.
El Museo Contra el Olvido es una iniciativa del COFADEH que tiene como objetivo educar a nuevas generaciones sobre el pasado reciente de represión estatal en Honduras.
Cada rincón del lugar está cargado de simbolismo y evidencia, desde cada espacio de la casa reconstruida, hasta testimonios de víctimas sobrevivientes de las desapariciones forzadas durante los años más oscuros de la represión militar.
Esta conmemoración no solo busca rendir homenaje a las víctimas y sus familiares, sino también visibilizar la deuda histórica del Estado hondureño con quienes aún exigen verdad y justicia.
El recorrido fue un llamado a la conciencia colectiva y a la acción para que estos hechos no se repitan jamás.