A cinco años de su asesinato, el legado de Berta Cáceres continúa presente en el pueblo hondureño que clama por justicia

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Tegucigalpa.- “A horas de conmemorar la siembra de mi mami muchos sentimientos se mezclan en mi interior. Quiero decir que casi nunca le hice ni promesas ni juramentos a ella, porque se sabe, entre ella y yo, que eso sale sobrando… Nosotras tenemos un pacto, un pacto de sangre y un pacto de amor. Solo le reafirmo que he hecho todo lo que he podido, todo lo que mis fuerzas me han alcanzado y me siento feliz de saber que nunca estuve sola en este camino y que esta lucha ha sido mi proceso de sanación”, escribió en su página oficial Berta Zúñiga Cáceres, hija de la ambientalista y guardiana de los ríos, Berta Cáceres, asesinada el 2 de marzo de 2016.

“No logré lo que quise lograr cuando me imaginé 5 años después del crimen: me sabía certera logrando la condena más histórica de Honduras, sentenciando a la gran cúpula económica del país”, continúo escribiendo.

aniversario asesinato berta caceres1Así mismo expresó en su página oficial de Facebook que no se ha rendido, que la lucha no solo es de la “hija Berta”, sino de todo un pueblo; “sin embargo, se equivocarán los impunes se piensan que me he rendido y sobre todo equivocados si piensan que esta es la lucha de «la hija de Berta». Esta es la lucha de todo un pueblo que se sabe sediento de justicia y confío en que tenga la sabiduría de forjar su liberación”.

“Gracias a mi mami por siempre estar conmigo, (con mis hermanas y hermano) por iluminarme, por siempre darme la confianza, como lo hizo en vida. Gracias a toda la gente que ha estado hombro a hombro y que de la única que acepto reproches y críticas”, agregó en su escrito.

Finalizó diciendo que “con ese recuerdo en mi corazón damos pie a una gran jornada que será clamor mundial de justicia”.

El 2 de marzo de 2016 el pueblo hondureño se paralizó con el asesinato de la ambientalista al interior de su casa ubicada en La Esperanza, Intibucá, y dicho crimen continúa en total impunidad en Honduras, pero la familia y el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), del cual fue cofundadora y coordinadora, el pueblo hondureño a cinco años de su asesinato continúa exigiendo Justicia.

Salvador Zúñiga, esposo de Berta Cáceres, lamentó que, en el caso de Berta, a cinco años de su asesinato, no se ha hecho justicia en el país.

Una de las situaciones lamentables es que los actores intelectuales no estén enjuiciados, a pesar de que hay  pruebas contundentes, que conducirían a algún miembro de la familia Atala, y no hay una detención o una orden de captura, es un asesinato que continúa en la impunidad, señaló Zúniga.

Añadió que hemos visto como se ha protegido desde el estado, y este también es un crimen del estado porque han participado como lo ha establecido las investigaciones, gente vinculada a las Fuerzas Armadas de Honduras, el caso del Mayor Díaz Chávez.

salvaAgregó que “hay una lucha para una justicia plena verdadera y que no se vuelvan a cometer este tipo de asesinatos que son una dedicatoria a los y las luchadoras por la defensa de los bienes comunes naturales, y a los defensores y defensoras de derechos humanos”.

Salvador dijo a defensoresenlinea.com que el crimen de Berta Cáceres era precisamente por la defensa de los bienes comunes naturales, la defensa de los pueblos indígenas, la defensa de los derechos de las mujeres, la defensa de la soberanía popular y la soberanía territorial de Honduras que ella hacía.

El defensor de los territorios dijo que Berta dejó un legado para continuar la lucha en defensa de los ríos, en defensa de los bosques, en defensa desde los territorios, los derechos de los pueblos indígenas, de las mujeres y aunque la asesinaron físicamente, hoy el legado se ha multiplicado, hay más gente que reivindica el derecho a la justicia y estamos a próximos a un amanecer distinto y a un amanecer verdadero para el pueblo hondureño.

Finalizó diciendo que en Honduras, si bien cierto hay al menos ocho personas que están acusadas de haber cometido el crimen, pero no hay órdenes de captura que lleven a los actores intelectuales, porque son los grupos fácticos poderosos que manejan los hilos de la vida y la muerte, que siguen cometiendo asesinatos y que quedan en la impunidad. Siguen manchando de sangre el territorio hondureño, precisamente por grupos crimínales que se han enclaustrado en el poder del país.

Ante la preocupación de los asesinatos contra ambientalistas en Honduras, un informe publicado por la organización internacional Global Witness, que ha señalado a este país como el más peligroso para defender los recursos de la tierra, además expresa que políticos y empresarios hondureños están ligados a la represión violenta de activistas que defienden sus tierras. Esta Organización precisa que son 123 ambientalistas y defensores dela tierra, asesinados desde enero del 2010.

Berta Cáceres fue asesinada en su casa, ubicada en La Esperanza, Intibucá, el 2 de marzo del 2016, por el caso hay ocho personas detenidas, señaladas como autores materiales, pero ningún hechor intelectual, situación que lamenta la familia de Cáceres Flores.

En un comunicado emitido por la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Honduras (OACNUDH), en el marco del quinto aniversario del asesinato de la defensora de derechos humanos y ambientalista Berta Cáceres, honra su memoria y recuerda su valioso legado en favor de los derechos humanos en Honduras.

En su comunicado expresa la OACNUDH que observa con preocupación los obstáculos en el acceso a la justicia en varios procesos judiciales en Honduras, incluido el juicio relacionado con el asesinato de Berta Cáceres, tal y como fue expresado por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas, Michelle Bachelet, el 26 de febrero del presente año ante el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra, Suiza.

La OACNUDH resalta que el asesinato de Berta Cáceres se dio en un contexto de vulneración de derechos de los pueblos indígenas, tal como fue constatado por la Relatora Especial sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, quien en su informe de visita al país señaló que los pueblos indígenas de Honduras viven una situación crítica a causa de la desprotección de sus derechos sobre sus tierras, territorios, y recursos naturales, y los actos de violencia que enfrentan por reivindicar sus derechos en un contexto general de violencia e impunidad.

Berta Cáceres, sigue presente en los ríos y en los territorios porque asesinaron su cuerpo, pero su legado siempre permanecerá por siempre en Honduras”.

“Berta no murió, se multiplicó”.