Ataque sufrido por elementos represores del estado deja graves secuelas a joven

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Tegucigalpa.- El 15 de septiembre del año 2020, Cristian Espinoza de 27 años de edad resultó gravemente herido mientras participaba en una movilización pacífica en Tegucigalpa.

Desde el 15 de marzo de 2020 el pueblo fue sometido a un confinamiento para evitar la propagación del coronavirus que ha estado afectando al mundo.

El régimen se aprovechó para desviar dineros destinados a la emergencia sanitaria, lo que hizo que la población reaccionara y saliera a las calles a protestar y preguntar ¿Dónde está el dinero?

Ante estas acciones del pueblo, el régimen mandó a los elementos policiales y militares a reprimir, sin ninguna piedad ni consideración.

Este hecho dio como resultados varias personas detenidas, lesionas y heridas, entre ellas Cristian Espinoza, quien casi pierde la vista al recibir un impacto de agua a presión con químicos desde una tanqueta disparada por la Policía Nacional, que le causó desprendimiento de los parpados, por lo que tuvo que ser intervenido inmediatamente por los médicos del Hospital Escuela Universitario (HEU) y así lograr reconstruírselos nuevamente.

Espinoza permaneció varios días interno en el HEU por la gravedad de las heridas en sus ojos, mientras permaneció ingresado en el centro asistencial, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), estuvo pendiente y acompañando el proceso de su recuperación.

El ataque contra el joven se dio a eso de las 11:00 de la mañana en las inmediaciones del Parque Central de Tegucigalpa, cuando regresaba a su casa con un grupo de amigos, mismos que fueron que lo auxiliaron, trasladándolo al centro asistencial, cuando la policía al causarle las heridas lo dejó tirado en el suelo, sin importarle lo que pasara con él.

A nueve meses de lo ocurrido a Cristian, señala que “me siento uno más de los que han sido víctima bajo del terrorismo de estado, llevado a cabo por la Policía Nacional de Honduras, me siento sin patria, en donde no tener donde manifestarme”.

Espinoza agregó que una de las primeras secuelas que le dejó el ataque es todo el daño social con mis imágenes, donde los medios siembran miedo del ataque brutal de la policía hacia mi persona, así como el daño físico y psicológico.

Además, expresó que a raíz del ataque en su contra, ya en su vida no volvió a ser igual ni siquiera puede realizar su trabajo de una manera normal.

“Después de los días de recuperación, estoy teniendo problema de memoria o concentración, mareos, dolor de cabeza, pasa siempre que estoy en actividad laboral en casa o fuera”.

Cristian señala que gracias a la ayuda que ha recibido por parte de COFADEH y de sus familiares y amigos, ha logrado salir adelante dentro de todo lo que le ha traído el ataque policial.

Cristian es un artista circense y además es parte de la mayoría de la población que vive del día a día y que demandaban también que se respete la soberanía hondureña, pero como siempre el régimen dictatorial mandó a sus cuerpos represores para que fuera reprimido, causándole graves lesiones al joven en su vista.