LA INCIDENCIA EN WASHINGTON

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En las últimas tres décadas, diferentes sectores de las Américas acuden a Washington para buscar eco a sus demandas. Acuden por diferentes razones y ante diferentes actores, porque ahí están las sedes de los jardineros del imperio.

Por ejemplo, en los años 80s las familias de Manfredo Velásquez, Saúl Godínez y Francisco Samuel Garbi acudieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para denunciar al partido liberal y nacional por la desaparición violenta de sus seres queridos. Otras familias en años posteriores también hicieron lo mismo.

Después del huracán de 1998, debido a la concentración desmedida del poder del presidente del Mitch, ejecutivo de la vieja asociación de medios tradicionales, un grupo de periodistas encabezados por Renato Álvarez fueron a la CIDH a denunciar en 2001 aquel gobierno violador de la libertad de expresión. Eduardo Bertoni y Santiago Cantón, relatores de la OEA, se ocuparon de aquella denuncia que dio vida al Comité por la Libre Expresión, C-Libre.

La gran familia de los defensores del bosque, los manglares, los macizos montañosos y las reservas de agua dulce, igualmente, ha tocado las puertas de Washington para denunciar los proyectos REDPlus del Banco Mundial, cuya proximidad con el BID y el Fondo Monetario Internacional les convierte en el viejo consenso de la postguerra que se impone todavía por la fuerza a los países con recursos tutelados por militares, como Honduras.

Desde diferentes regiones de este país, delegaciones de campesinos, de mujeres defensoras de la tierra, de redes ciudadanas contra la violencia y otros actores, asisten cada año a los espacios de incidencia en la capital estadounidense, para aproximar senadores, periodistas y grupos de presión a fin de amplificar sus denuncias generalmente silenciadas por la prensa local.

Después del golpe de Estado de 2009, sacudidos por el aislamiento total del mundo civilizado, expulsados de la OEA y de la ONU por golpistas, narcos y corruptos, los dos partidos siameses que comparten el crimen del empobrecimiento de Honduras, decidieron llenar las bolsas de lobistas privados para concertar medios y organismos de derecha, con el objetivo de lavar la narco dictadura que instalaron con apoyo del gobierno de Obama y Donald Trump. Una costosísima operación de  lavado de imagen pública.

Entre 2009 y 2021, los delincuentes del crimen organizado que asaltaron el Estado pagaron más de 50 millones de dólares a las firmas Gus West Government Affairs Inc, Bennet Ratcliff, Lanny Davis y Arnold Porter, para limpiar el tile entre otros del prisionero de la correccional de Nueva York.

Esas firmas de manipulación de la opinión pública mundial a través de periódicos y televisoras de Norteamérica y Europa, organizadores de eventos de fachada con sectores fascistas en la capital gringa, han impuesto además el nombramiento de cuadros golpistas en Nueva York, Washington, Bruselas, Ginebra, Londres, y en los organismos financieros piratas. Le dieron a los golpistas la idea que en caso de rupturas constitucionales hay que tener a nuestra gente en los lugares donde se cocinan los ajos.

A veces imitando las estrategias de los actores sociales o suplantando las funciones de la cancillería, los canallas invocan los derechos fundamentales en nombre de liberales y nacionalistas, y terminan haciendo paradas en la OEA al tiempo que en las catacumbas de los tanques de pensamiento de la CIA y de los grupos pro nazis anti libertades públicas.

Los últimos en acudir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos con alegaciones de persecución política en Honduras son dos diputados golpistas acusados de falsificación de documentos públicos, abuso de autoridad y delitos contra la forma de gobierno, además de esconder dinero de los hondureños en los Panamá Papers.

Con el discurso de persecución política por una Corte Suprema que pertenece de cuerpo entero a las estructuras de la dictadura criminal que ellos integran, Antonio Rivera Callejas y Tomás Zambrano a la cabeza de otros legisladores del cartel de Juan Orlando Hernández, han sostenido encuentros esta semana con una hermana cristianoide del presidente Biden, un grupo de jóvenes incitadores de la oposición mercenaria en Nicaragua y con sectores conocidos peyorativamente como gusanos golpistas del Distrito de Columbia.

En su relato se declaran vigilados por la policía que dirige el comisionado Ramón Sabillón, quien coordina las extradiciones de delincuentes organizados con la Agencia Antidrogas de Estados Unidos, y se proclaman partidarios de las acciones penales de la CICIH siempre y cuando la directiva parlamentaria que legitimó el pueblo de Honduras en enero sea legalizada por los carteles de la droga sobrevivientes de los Hernández. Siempre y cuando ellos no sean investigados y acusados.

Toño Rivera y Tomás Zambrano son líderes de un auténtico Pacto de Impunidad para desviar fondos públicos, una conspiración financiera cometida contra el Presupuesto Nacional ejecutada en complicidad con la Imprenta Nacional en 2018 y documentada por la MACCIH. Estos dos legisladores cambiaron el texto de una reforma al Presupuesto Nacional, que después intentaron corregir con una fe de erratas, que el pueblo llamó Acción de Ratas.

Mientras estos fichados emisarios de la corrupción trabajan en Estados Unidos un proceso de rabietas para inducir desestabilización, el canciller Eduardo Reina les dijo desde Europa que en ninguna de las reuniones sostenidas con el secretario general de la ONU y sus equipos NUNCA el tema de la legalidad y legitimidad de la Junta Directiva del Congreso Nacional ha sido punto de agenda ni de condición o duda.

Reina ha seguido de cerca el viaje de la presidenta Xiomara Castro a Italia donde ha dejado una lección seria de austeridad, viajando en vuelos comerciales, con un reducido grupo de colaboradores y un mensaje de respeto a los derechos humanos del pueblo hondureño. Ninguna manifestación de libertad de expresión ha sido reprimida por policías y militares durante su mandato, y la sola reclamación que podríamos hacer es la conservación de un presupuesto militar aún por encima de la salud y la educación, que depende de ella reducir sin miedo.

Loor, salutación enorme a los grandes esfuerzos por mantener la vida y la libertad de los seres humanos como fin supremo de la Sociedad y del Estado, gracias a verdaderos defensores de derechos humanos reconocidos por el Congreso Nacional el jueves. Al Padre Melo Moreno, Carlos H Reyes, Juan Almendarez Bonilla y Lauro Agapito. Fuerte y sincero abrazo desde estas Voces contra el Olvido.

En ustedes, seres extraordinarios que ofrendan sus vidas a la dignidad, descansan la esperanza y el amor. Al contrario, en esos delincuentes enemigos de Honduras que invocan en Washington sus derechos humanos violados se añejan el odio y los macabros propósitos cómplices con delincuentes mercenarios para impulsar la defensa pérfida del prisionero del correccional de Nueva York.

Buenas noches

Editorial Voces contra El Olvido, sábado 22 de octubre de 2022