La visita del Ombudsman holandés

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En diciembre de 2010, en Amsterdan, el gobierno de Holanda entregó a Bertha Oliva, la coordinadora del Cofadeh, el Premio Nacional por la defensa y promoción de los derechos humanos en Honduras.

Aquél reconocimiento realizado por el Primer Ministro holandés el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, fue realmente un reconocimiento a la trayectoria personal de esta mujer que sobrevivió a la desaparición forzada en junio de 1981, y que enfrentaba para entonces amenazas a muerte por los golpistas.

Sin embargo, Oliva en su discurso de aceptación del premio, recibió la estatuilla dorada en nombre de las personas víctimas de la desaparición forzada en Honduras y dijo públicamente que dedicaría la aportación monetaria a la construcción del Hogar contra el Olvido, en Santa Ana, al sur de Tegucigalpa.

Hasta este Hogar de memoria histórica que se construye a pulso han venido año tras año distintas personalidades, personajes y seres extraordinarios como son las víctimas sobrevivientes de las barbaries que ha sufrido este aís en el transcurso del tiempo.

Están registrados los nombres de Nora Cortiñas de la línea fundadora de las Madres de Plaza de Mayo, Argentina, y de su compatriota el general militar Martin Balsa, que denunció las atrocidades de Mendoza, Videla y Macera y pidió perdón en Buenos Aires; Carlos Roberto Reina y Porfirio Lobo, ex presidentes; Edmundo Orellana y Roy Medina, ex fiscales, y en 2014 vino al Hogar el embajador del Reino de los Países Bajos en Centroamérica, Sr. Peter-Derrek.

El pasado miércoles de esta semana, en gesto de amistad con el cofadeh, de reconocimiento a su trabajo institucional y en solidaridad con las nuevas vícitimas de la dictadura, el defensor del pueblo de Holanda pidió los servicios de la gran mesa de madera rústica del Hogar contra el Olvido, para sentarse a trabajar.

Kees Van Baar, el ombudsman holandés, hizo conversatorio informativo con dirigentes del magisterio hondureño, el director de Casa Alianza, sindicalistas y la conducción del cofadeh, en medio del fresco acogedor de las antiguas terrazas lencas que hoy han sido sembradas por molinos de viento.

En la mesa del Hogar pudo constatar de primera mano la situación de vulnerabilidad en que se encuentran los defensores y defensoras de derechos humanos en Honduras, y el nivel de impunidad que entierra las posibilidades de justicia para las víctimas.

En los días de su visita al país, que es el más mortífero del mundo para la defensa del medio ambiente y el que tiene las elites más corruptas de América, el ombudsman europeo pudo conocer el asesinato del líder tolupán José Santos Sevilla, el profesor de lengua nativa en su tribu La Ceiba. Y el crimen contra el hermano del escritor Julio Escoto, y las 14 masacres del primer año y medio, y las locas reformas penales que propone Hernández para dar nuevas licencias de muerte a los que matan cotidianamente.

Kees Van escuchó al presidente del Colegio de Profesores de Educación Media de Honduras, Jaime Rodríguez, quien testificó la represión gubenamental contra su gremio en los últimos ocho años y contra su persona particularmente, incluyendo despidos injustificados, suspensiones, vigilancia y asesinatos.

El Director Ejecutivo de Casa Alianza, José Guadalupe Ruelas, narró las frágiles condiciones en que sobreviven millares de niños y niñas de Honduras, además de las políticas de represión y muerte que enfrentan desde las personas que ejercen la autoridad.

“En Honduras cada mes son asesinados alrededor de 80 niños y jóvenes menores de 23 años” afirmó Ruelas y le narró al defensor que en este paáis centroamericano hay 3 millones 400 mil niños y niñas, de los cuales un millón 400 mil están en edad escolar, pero no pueden asistir a la escuela.

Los ojos cerrados de un Estado asociado al crímen organizado no le permiten ver la violencia sexual, la explotación laboral, sexual y publicitaria de niñas y adolescentes. El 50 por centro de los embarazos de niñas en Honduras según la Secretaría de Salud ocurrieron por abusos sexuales y violaciones.

Esta es la narrativa del país que prepara elecciones primarias para el 12 de marzo, encima de la impunidad que rodea el crimen de Berta Cáceres y enturbiada la tranquilidad con el plan de reelección ilegal del actual presidente.

Este es el cuadro de un país que debe ser enderezado con la determinación de sus verdaderos hijos e hijas, con la intervención anticipada de las Naciones Unidas y la OEA si es preciso, y la decisión de la Unión Europea de expulsar a los corruptos y narcotraficantes que secuestraron nuestras instituciones públicas y les roban a ellos su dinero.