Una nota de periódico, memoria y espera

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Gustavo Adolfo Duarte Ferrufino y Rumualdo Duarte Rodríguez

Texto y foto: Sandra Rodríguez


Alauca/Tegucigalpa.- A sus 90 años, don Teófilo Duarte González atesora una nota de periódico guardada en una bolsa plástica transparente, a la espera que su hijo regrese, tras ser capturado por tropas militares en Olancho.

José Alfredo Duarte, era parte del grupo campesino que se dirigía a Tegucigalpa, para exigir la tenencia de tierras. Junto a él desaprecio su primo José Armando Moncada Ferrufino y Oswaldo Castro Ruiz, exhibidos en medios de comunicación como desertores de las Fuerzas Armadas.

En este grupo acompañado por James Francis Carney, sj “Padre Lupe”; doctor José María Reyes Mata y Jorge Maldonado Padilla, desaparecieron unas 80 personas más, que se movilizaron entre julio y septiembre de 1983, sin que, hasta hoy se conozca el paradero de alguno.

El archivo histórico del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), registra que a José Alfredo Duarte Rodríguez de la siguiente manera:

Hondureño, labrador, originario de San Antonio de Alauca, El Paraíso. Fue secuestrado en Wampusirpe, La Mosquitia, departamento de Gracias a Dios, el 18 de septiembre de 1983 bajo acusación de pertenecer a una columna guerrillera comandada por el médico José María Reyes Mata.

La Fuerza Ejército de Honduras lo presentó en una rueda de prensa en la comunidad de Nueva Palestina, haciéndolo aparecer junto a los jóvenes Oswaldo Castro y José Armando Moncada como guerrillero que pretendía desestabilizar el país.

Después fue trasladado a Tegucigalpa y finalmente asesinado en sitio aún no establecido por sus criminales.

El reencuentro en COFADEH

Oswaldo Castro Ruiz
Rumualdo Duarte

Rumualdo Duarte Rodriguez, hermano menor de José Alfredo, visitó la oficina del COFADEH, espacio de lucha por los detenidos desaparecidos que impulsa la campaña “40 años de impunidad”, desde el 2021, en vísperas a cumplir cuatro décadas por exigencia de verdad y justicia.

Hace muchos años que dejó de viajar a Tegucigalpa, aunque pasan los años, el trayecto desde el municipio fronterizo con Nicaragua, es complicado. Eran dos días de viaje entre Alauca y Tegucigalpa, ahora solo es un día completo, quizá la comunicación también sea un tanto compleja, pero el estigma sobre la familia Duarte permanece.

José Alfredo fue un hermano bien portado conmigo, me guardaba mucho aprecio, cuando estaba cipote caminaba con él, recuerda Rumualdo, a quien le se humedecen sus ojos verdes, porque no ha sido fácil vivir con la figura de desaparición forzada.

Es una familia campesina que trabajaba la agricultura, siembra maíz, frijol y café, José también se dedicaba al campo, pero al ser reclutado por las Fuerzas Armadas, se aisló del hogar. Pasaron seis meses para volverlo a ver. Contaba que era muy difícil estar allí. Solo una vez volvió a la casa, desde entonces su esposa, dos hijas y demás familiares no lo volvieron a ver.

Hasta que escucharon en la radio que lo había capturado el mismo ejército junto a otros dos compañeros, Armando y Oswaldo. Por lo que viajaron al pueblo a comprar los periódicos.

“Salió por La Tribuna la noticia que fue capturado, porque se metió en grupo de lucha revolucionaria, uno solo cuenta lo que se contaba…”, relató Rumualdo.

En la nota de prensa, se expresa que los militares devolverían a los tres hombres con su familia, pero eso fue mentira.

Mi papá se apersonó al Estado Mayor Conjunto en Tegucigalpa, para saber dónde los habían llevado, pero no le dijeron, agregó el hermano. Y ese silencio se quedó en la familia de escasos recursos económicos como para emprender la búsqueda en otras instancias.

“Para mi papá, ha sido una vida dura, porque al saber que lo capturaron y desaparecieron, se sintió molesto, es duro perder un familiar. Mi mamá sufrió esa consecuencia” afirmó Duarte, quien dejó a su progenitor en Alauca, con la esperanza de irle contar su visita en el COFADEH.

Se cumplen 39 años de la desaparición de más de 80 personas en el marco de la implementación de la Doctrina de Seguridad Nacional, y para la familia Duarte Rodriguez es imposible olvidar que hace falta un hermano y un primo.

“No puede ser que olvidemos a mi hermano, tenemos una foto de él y pensamos que todo fuera diferente sí estuviera aun con nosotros, era un joven de tenía 24 años.

Agradecemos al COFADEH que siempre lo mantiene presente, expresó Rumualdo, mientras veía la foto de su hermano en la Galería de “Memorias Vivas”.