TRABAJO, TRABAJADORAS Y NUESTRO GRAN COMENDADOR

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El próximo fin de semana, la presidenta Xiomara Castro cumplirá 100 días al frente del gobierno que reemplazó la dictadura del cartel de Lempira.

Tendremos todavía una semana para ocuparnos a fondo de ese momento importante.

En la víspera, este domingo 1 de mayo la presidenta acompañará al pueblo del norte de Honduras en la ciudad de San Pedro Sula, en la conmemoración de las luchas obreras.

No será su primera vez haciendo inmersión entre la multitud norteña. Antes lo hizo como miembra de la resistencia, como candidata presidencial y ahora como mandataria.

Es evidente que el 1 de mayo de 2022 no será una manifestación de protesta contra el gobierno por parte de las centrales sindicales del país.

En los años anteriores la historia fue diferente. Hoy por primera vez en las calles hay motivos compartidos de celebración. Y es así porque la realidad de Honduras cambió.

Aunque las condiciones sociales y económicas del país sean como nunca antes inciertas, debido a la extendida pandemia sanitaria y al desastre dejado por la dictadura narcotraficante de rojos y azules, el pueblo trabajador celebra. Está en una  nueva onda.

En unidad de voluntades con el Congreso Nacional, el Ejecutivo ha derogado dos de los adefesios jurídicos aprobados por el reo juan orlando hernández. Y eso es motivo de esperanza.

La ley de traición a la Patria que llamaron zonas de empleo y desarrollo, aprobada en septiembre de 2013, fue derogada de modo contundente el mismo 21 de abril cuando Estados Unidos cargaba en hombros al máximo movilizador de drogas jamás visto en América Latina.

Las ZEDES fueron suprimidas para devolverle al pueblo de Honduras la condición de soberano que le reconoció la Constituyente de 1981. Así lo había reclamado siempre la clase trabajadora y el pueblo en general, porque esa papada destruía la soberanía sobre el territorio y las riquezas naturales. Favorecía el lavado de dinero y los planes expansivos de los narcos.

Ahora, la tarea de desmantelar algunas de las republiquetas que se conformaron en el sur y el norte del país al amparo de esa ley es el trabajo que viene. Es el trabajo que falta. Es el detalle que no entiende un diputado ignorante y traidor del nor-occidente de Honduras que ha minimizado la supresión del decreto.

Luego, entonces, la población alzará su voz contra las ciudadelas privadas ubicadas en su territorio municipal y vendrán enseguida los juicios por traición a la Patria. Eso incluye diputados, alcaldes y banqueros.

Esa es, de hecho, una de las primeras tareas que impulsaremos desde adentro de la Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras, la CICIH, que será instalada antes de lo previsto para honra del pueblo hondureño.

La CICIH será para perseguir delincuentes, no para hacer persecución política. Y si persigue políticos, que sean políticos delincuentes.

El segundo adefesio jurídico dejado sin vigencia esta semana fue la Ley de Empleo Temporal o del trabajo por libras, que confirmaba desde enero 2014 la personalidad esclavista y colonizadora de los piratas privados, aliados de los narcotraficantes.

Todo aquél miserable discurso generador de riqueza, vendedor de canastas rebosantes de empleo y voceador sin vergüenza del desarrollo a manos llenas, era pura paja.

En realidad, la imposición del empleo temporal dentro del gran paquetón diarreico del 20 de enero de 2014, fue un regalo a los malditos golpistas que usaron la ley para despedir empleados permanentes y recontratar esclavos sin derechos.

Un estudio realizado por el Centro de Derechos de Mujeres y el STIBYS demostró la enorme mentira de las 4 mil empresas y los 200 mil empleos. Eran puras proyecciones sin base estadística. Pura labia cocainera para engañar tontos.

“El estudio demostró que el 90% de las personas contratadas temporalmente por las empresas analizadas tenían entre 1 y 3 años trabajando en ese mismo lugar. Esto dsignifica que las empresas usaron el formato de contratación temporal para abaratar sus costos de operación irrespetando los derechos de las personas”.

Esa afirmación corresponde a la socióloga Ana Ortega, quien bien explicó en el momento de la polémica que el trabajo por hora es legal, lo que es ilegal es no pagar todos los derechos laborales como es obligatorio en los contratos indefinidos.

Por su parte, nuestro líder social el insigne caballero Carlos H Reyes precisó siempre que esa ley redistribuye la masa salarial precarizada entre un número mayor de trabajadores.

Al disminuir o eliminar derechos adquiridos, al partir la jornada de trabajo sin pago de horas extras, al no pagar el día de descanso, el seguro social, las prestaciones o las vacaciones desestabilizas el empleo, la familia y la sociedad.

Al reducir la masa salarial reduces la demanda y agudizas la crisis. Son unos canallas, les dijo en su momento a los narcotraficantes de la dictadura nuestro Gran Comendador, objeto de un merecido reconocimiento público del Poder Legislativo a propuesta de su camarada el parlamentario Juan Barahona.

Nos honra finalizar este comentario de hoy con un gran abrazo a Carlos H (la H es por Humberto, no por Huelga como dice erróneamente Jorge Canahuati en El Heraldo), Carlos Humberto Reyes fue testigo de la derogación de la ley del cohep en el Congreso Nacional.

El pueblo de Honduras honra en el Congreso del Pueblo a este hombre grande por su trayectoria de organizador, movilizador, acompañante y guía de las luchas sociales y políticas desde los años pretéritos, cuando el país demandaba su fuerza y su valentía.

En la era rosuquista, liberal-cachureca de 1982, el tristísimo general Martínez privó de libertad a Carlos y en el primer día de resistencia contra el golpe de Estado el 28 de junio de 2009 el ejército tumbó su gran humanidad en la calle cerca de la Casa Presidencial.

Después de levantarse, Reyes levantó también entre pupusas de quesillo y loroco el Frente de Resistencia contra el Golpe, que se renombró Frente Nacional de Resistencia Popular en enero de 2010.

La sede de su sindicato, durante los 12 años de dictadura de los narcos, fue la Casa Abierta de la resistencia nacional en la colonia Las Brisas de Tegucigalpa. Sin mendigar a nadie el espacio del Stibys, Carlos ha sido además un guía político de este proceso de refundación de Honduras.

En una de las represiones más brutales de la policía nacional y el ejército en El Durazno fue fracturado uno de sus brazos y sin embargo mantuvo siempre en alto la pedagogía de un discurso limpio, inteligente y no violento.

Una de sus frases entre las más citadas en esta columna de opinión es aquella que concede a los pueblos el poder de cambiar las cosas, a pesar que la situación sea perturbadora.

“Los pueblos siempre vencen”, repite Carlos H cada vez que alguien le pregunta sobre el ganador de esta lucha desigual. No te perdás hermana, el pueblo es sabio. Reconoce sus enemigos de clase, los acecha, los espera y unido es una fuerza invencible en el momento que decide avanzar.

Gracias, señor, Gran Comendador, por ser parte de este momento de recomposición de la sociedad hondureña. Felicitaciones por seguir aquí entre nosotras, luchando con sus 81 años de juventud acumulada. Se le respeta. Le queremos.

Buenas noches

Editorial Voces contra El Olvido, sábado 30 de abril de 2022