Un año de dolor y búsqueda por la desaparición forzada de cuatro garífunas

0
1004

Tegucigalpa, Honduras. – Ha trascurrido un año de dolor para las familias compañeras y un año de búsqueda y exigencia de justicia para la familia garífuna, declaró Miriam Miranda, coordinadora de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH), durante un plantón frente al Ministerio Público, este 20 de julio.

Estos días han sido el marco de múltiples movilizaciones para exigir al Estado de Honduras que diga ¿dónde están los garífunas desaparecidos? Tras un año de silencio y complicidad con los hechores.

El pueblo hondureño se ha unido a las exigencias de que devuelvan a con vida a Alberth Snaider Centeno, Suami Aparicio Mejía García, Milton Joel Martínez Álvarez y Gerardo Mizael Roche Cálix, arrebatados de sus hogares el 18 de julio de 2020 en el marco de un estricto toque de queda, supuestamente para evitar la propagación del Covid-19, quedando el pueblo a merced de la policía y militares.

Los cuatro activistas garífunas fueron desaparecidos de forma violenta por policías en la comunidad de Triunfo de la Cruz, Tela, en la costa norte del país, sin que, hasta el momento se conozca su paradero.

En el marco de este toque de queda impuesto por el Decreto Ejecutivo PCM 021-2020 desde el 16 de marzo de 2020, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), registra al menos 15 casos de desapariciones, en su mayoría jóvenes. Tres de los casos ya fueron “resueltos” al ser entregados los cuerpos a sus familiares, pero no se ha mencionado a ningún culpable por los hechos que acabaron con la vida de Karen Rivera Saldívar, José Miguel Tejada y Denis Eduardo Maradiaga Molina.

A un año de la desaparición de los jóvenes garífunas de Triunfo de la Cruz, exigimos la no repetición de estos hechos de lesa humanidad, afirmó Berta Oliva, coordinadora general del COFADEH.

“Expresamos nuestra preocupación, repudio y exigencia por la desaparición de los jóvenes garífunas de El Triunfo de la Cruz, debemos condenar este hecho, porque nuestra existencia desde el COFADEH es apostarle a la no repetición de este crimen de lesa humanidad como es la desaparición forzada”, declaró Oliva en el programa radial Voces Contra el Olvido, el sábado anterior.

Al igual que en la década de 1980, las madres de los Detenidos Desaparecidos por razones políticas, hoy el lema es el mismo
Al igual que en la década de 1980, las madres de los Detenidos Desaparecidos por razones políticas, hoy el lema es el mismo

En el caso de los garífunas, uno de los pueblos originarios de Honduras y que habitan la costa caribeña, la madrugada del 18 de julio de 2020, hombres fuertemente armados y portando chalecos antibalas identificado como agentes de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), los detuvieron en la comunidad de Triunfo de la Cruz y posteriormente los desaparecieron.

Los cuatro jóvenes participan de forma activa en la defensa de los derechos del pueblo garífuna organizados en la OFRANEH, y el Estado quien debe garantizar la integridad de la vida humana, hace caso omiso a la petición del pueblo negro y demás pueblos indígenas que solidarios manifiestan “los garífunas también importan”.

La comunidad de Triunfo de la Cruz, es codiciada por su belleza natural a la orilla del mar atlántico. Desde el año 2015 goza de una sentencia emitida por la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Co-IDH), que condenó al Estado hondureño por diversas violaciones a sus derechos.

La búsqueda de los garífunas detenidos desaparecidos se complica en el marco de una dictadura que lidera Juan Orlando Hernández, y en un momento donde se pretende vender el país a pedazos con la implementación de Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), de esta manera acallaron la voz de Snaider, defensor de la tierra y territorio.

Honduras es catalogado como uno de los países más peligrosos del mundo para los defensores de derechos humanos, según Global Witness. Según registros de la OFRANEH, al menos 50 integrantes de las poblaciones garífunas han sido seseando en los últimos 5 años, sin que se resuelvan los crímenes.