EN AGOSTO NUESTRAS POTENTES VOCES SE VOLVERÁN VIRALES

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Una vez más en la plaza virtual de los pañuelos blancos, el Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, comparece ante la sociedad nacional y la comunidad internacional.

Hoy son la pandemia generada por el Covid-19 y la excedida discrecionalidad de la dictadura, las causas por las cuales no podemos estar físicamente presentes en la plaza La Merced en el centro histórico de Tegucigalpa.

La restricción del derecho a la libre circulación impide a la población en general y a las organizaciones defensoras de derechos humanos en particular, no sólo poder ejercer las libertades y la vigilancia de las actuaciones de los agentes del régimen, sino el tratamiento del duelo causado por la desaparición forzada de personas.

Para la mayoría de familias afectadas por este crimen de lesa humanidad arrastrado desde 1979 hasta nuestros días, la plaza pública es el único lugar de encuentro con los afines, el santuario del llanto compartido, el enjugue cómplice de las tristezas y el abrazo sincero de esperanza para continuar.

En condiciones normales, quizás en el marco de un régimen democrático y no de fuerza bruta como el actual, las familias de más de 200 personas desaparecidas y asesinadas por razones políticas e ideológicas; estaríamos este viernes 7 de agosto, en proximidad de la memoria viva.

La doctrina de desaparición forzada fue ejecutada en obediencia a un plan macabro impulsado por Estados Unidos contra líderes, dirigentes y defensores de derechos humanos de los movimientos sociales del continente.

Es así que el mes de agosto, es un tiempo muy significativo y memorable para nosotras, ya que el próximo 30 de este mes, se conmemora el Día Nacional e Internacional del Detenido Desaparecido.

Esa fecha memorable, fue decretada en un congreso organizado en 1984 en Caracas, Venezuela por la Federación de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en América Latina (FEDEFAM).

Sin embargo, en Honduras no se podía instaurar y conmemorar, porque el país vivía tiempos de terror, en el que los “gobiernos democráticos”, acompañados de sectores de la ultraderecha  hondureña, siguieron la doctrina de Seguridad Nacional instaurada por Estados Unidos, para exterminar todas las voces disidentes.

No fue sino hasta el 28 de agosto de 2002, que el compromiso, el anhelo y la incidencia de COFADEH, lograron perpetuar la memoria histórica sobre los detenidos desaparecidos por razones políticas, ya que el Congreso Nacional decretó el 30 de agosto, como Día Nacional del Detenido Desaparecido, a través del decreto 284-2002.

Fue el ex presidente del Congreso Nacional y ex presidente de Honduras, Porfirio Lobo Sosa, quien firmó dicho decreto. La fecha quedó marcada en el calendario nacional como un aporte a la reconstrucción de la memoria histórica.

En agosto de cada año nos ocupamos de recordarle a los religiosos, periodistas, militares, policías, políticos y empresarios perversos, que pretenden sojuzgar las voluntades de todo un pueblo con tácticas odiosas de terror, que no podrán nunca uniformar la sociedad a sus estupideces ni hacerla que se parezca a su inmoralidad. La intolerancia, el fascismo, el racismo y la violencia bruta no pueden nunca contra los valores ancestrales de la gente.

También en agosto del año 2000, a la mitad del período de Carlos Flores Facussé, ex presidente de la asociación de medios tradicionales de comunicación y del huracán Mitch, mientras imponía su «nueva agenda» de minas a cielo abierto, de monocultivos a gran escala y de corrupción ultra millonaria, nacía de este lado otro proyecto de memoria histórica que perdura hasta nuestros días.

Después de escuchar la propuesta de Flores Facussé, que incluía además el olvido del pasado, para librar de penas según él a los liberales y nacionalistas de la APROH que integraba también su tío Mike, las familias de la desaparición forzada por razones políticas, decidimos fundar un programa radial bajo el sello de “Voces contra el Olvido”.

El programa nació para decirle a toda la gente de la “nueva agenda”, que en realidad era una antigua, enmohecida y peligrosa agenda neoliberal pro norteamericana, que no se puede olvidar el terror y el amor así no más, sólo porque un ex ministro de Rosuco lo diga o porque los escuadroneros de la muerte así lo deseaban.

Entonces, si hoy estuviéramos físicamente en la plaza de los desaparecidos lanzaríamos 20 palomas blancas a volar sobre el cielo de Honduras con el mensaje prohibido olvidar, no hay perdón sin verdad, y no hay paz sin justicia. Y en una manta gigante pintaríamos: “la memoria pincha hasta sangrar a los pueblos que no la dejan ser libre como el viento”.

La sociedad sigue sangrando, y en este platón virtual del primer viernes de agosto, el COFADEH lamenta con dolor y con suma preocupación,  que se sigan perpetrando en Honduras, crímenes de lesa humanidad y nos referimos  a la desaparición forzada de los cuatro dirigentes defensores del territorio de Triunfo de la Cruz, miembros de la Organización Fraternal Negra de Honduras. No han aparecido después de 15 días. Sus familias, su comunidad y la Ofraneh, los reclaman vivos porque vivos se los llevaron.

¿Qué hace el régimen impostor de Juan Hernández? Mentir, miente a Washington y le miente al mundo. Ni los buscan vivos ni los quieren encontrar, porque esa vieja agenda neoliberal pro gringa que se abrió a los negocios ilegales, es la responsable de su desaparición forzada.

Desde esta plaza virtual le decimos a la sociedad nacional y a la comunidad internacional que la vida de una persona, sin diferenciar su sexo, su género, color de la piel, ideas políticas o religión, se respeta. Se respeta. Se respeta!

Desde el golpe de Estado en junio 2009 hasta nuestros días, el Partido Nacional-Liberal, las cúpulas evangélicas y católicas, junto con una mafia de manipulación mediática y de grupos privados protegidos por policías y militares mercenarios y sicarios, son responsables de 29 nuevas desapariciones forzadas, más de 100 casos de torturas y decenas de asesinatos contados primero por la Comisión de la Verdad de Stain y más recientemente por la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU.

Ni las múltiples cadenas de radio y televisión, cargadas de falacias y mentiras proferidas por el régimen de Juan Orlando Hernández, podrán callar nuestra permanente demanda de verdad, justicia y reparación para nuestros detenidos desaparecidos.

Aquí nadie va a perdonar eso a la mafia ladrona, narcotraficante y corrupta que compra hospitales a los piratas para repartirse los peces podridos en alta mar. Y nadie está en condiciones de olvidar. Sólo de esperar.

Nuestro mensaje se volverá viral y calará en la consciencia del pueblo. Para ello anunciamos que el 20 de agosto tendremos un foro virtual sobre la desaparición forzada, memoria y justicia, con la participación de reconocidos defensores y defensoras de derechos humanos del continente, así como la participación de la Representante para Honduras de la Oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH), Isabel Albaladejo Escribano  y por supuesto de nuestra coordinadora general Bertha Oliva, reconocida defensora de los derechos humanos y sobreviviente de la época del terror en Honduras.

Pero nuestras actividades del mes de agosto no concluirán con el foro, porque el próximo 30 de agosto, la Casa del Teatro Memorias, que dirige el prestigioso dramaturgo hondureño Tito Ochoa y su elenco, nos tienen preparada una obra para conmemorar con el arte escénico el Día Nacional del Detenido Desaparecido. Usted no se la puede perder…!

¡De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón!
COFADEH

Tegucigalpa, M.D.C, 7 de agosto de 2020